La lengua de señas, o lengua de signos, es una lengua natural de
expresión y configuración gesto-espacial y percepción visual (o incluso táctil
por ciertas personas con sordoceguera), gracias a la cual las personas sordas
pueden establecer un canal de comunicación con su entorno social, ya sea
conformado por otros individuos sordos o por cualquier persona que conozca la
lengua de señas empleada. Mientras que con el lenguaje oral la comunicación se
establece en un canal vocal-auditivo, el lenguaje de señas lo hace por un canal
gesto-viso-espacial. Una curiosidad de esta lengua es que a cada persona se le
asigna un signo propio y característico para no tener que deletrear su nombre
en signos.
El estudio científico de las lenguas de señas, ha revelado que poseen
todas las propiedades y complejidades propias de cualquier lengua natural oral.
A pesar de la generalizada y errónea concepción de que son "lenguas
artificiales". En concreto se han encontrado los siguientes hechos
relativos a las lenguas de señas que proporcionan los lingüísticos necesarios
para clasificarlas como lenguas naturales:
Poseen una fonología abstracta, llamada en este caso querología,
analizable en términos formales en rasgos de posición, orientación,
configuración, en un modo análogo a como son analizados los fonemas de las
lenguas orales. Además la realización de cada signo está sujeto al mismo tipo
de variedad que los sonidos de las lenguas orales (variación dialectal,
asimilación, cambio lingüístico).
Poseen una sintaxis que obedece los mismos principios generales que
las otras lenguas naturales, y tienen algunos mecanismos de formación de
palabra productivos que permiten afirmar la existencia de procesos
morfológicos.
La adquisición de una lengua de señas por parte de bebés (sordos u oyentes)
sigue un proceso paralelo a la adquisición de una lengua oral por parte de un
niño oyente.
Existen comunidades estables de hablantes, cuya lengua presenta tanto
variaciones dialectales, modismos propios de cada comunidad, y está sujeto al
mismo tipo de cambio lingüístico universalmente detectado en todas las lenguas
naturales (las lenguas artificiales carecen de estas características).
Las lenguas de señas, al igual que las orales, se organizan por
unidades elementales sin significado propio (lexemas).
En nuetro caso para nuestro país corresponde la lengua de señas
mexicana (LSM):
La Lengua de Señas Mexicana o LSM, es la lengua de la comunidad Sorda
en las regiones urbanas de México. Es el idioma preferido de 87.000 a 100.000
señantes (1986 TC Smith-Stark), por lo que es más grande que muchas familias
enteras de lenguas indígenas en el país. Es según la Ley General para la
Inclusión de las Personas con Discapacidad (Texto vigente publicado en el
Diario Oficial de la Federación el 30 de mayo de 2011): "La lengua de una
comunidad de sordos, que consiste en una serie de signos gestuales articulados
con las manos y acompañados de expresiones faciales, mirada intencional y
movimiento corporal, dotados de función lingüística, forma parte del patrimonio
lingüístico de dicha comunidad y es tan rica y compleja en gramática y
vocabulario como cualquier lengua oral."
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